ESPIRAL INTERMODAL
Acero, vidrio y luz materializados en una forma helicoidal. Así se podría resumir el proyecto. Se trata de conectar peatonalmente un desnivel de diez metros; el último tramo que queda para completar la comunicación peatonal entre la estación de tren y de autobuses en el centro de Oviedo. En otras ocasiones lo llaman intercambiador intermodal, pero en este caso su heterodoxo recorrido no permite tal nombre. Andenes, pasadizos, puentes, galerías comerciales y, por último el helicoide de los vientos, conforman este extraño cuerpo orgánico y a-tipológico. Su forma obedece, como en toda infraestructura, a su capacidad de conectar trayectorias. En su deambular, unas escamas de vidrio con tres materiales distintos, filtran el viento, conjugando el sonido del tráfico con su silbido. Esta piel vítrea multiplicará caleidoscópicamente las imágenes del tráfico rodado y peatonal, mezclándolos con los del contexto edificado y las mutaciones del cielo.