CENTRO DE VISITANTES EN TRÊS MINAS
Una antigua explotación romana a cielo abierto de la que quedan dos grandes huellas en el terreno. La Corta de Covas y la Corta de Ribeirinha son los testigos más evidentes de la antigua actividad. Pero una mirada más atenta desvela otras trazas más sutiles a su alrededor: grandes bloques de caliza, viejas piedras de molino, antiguos senderos, galerías abandonadas, unas ruinas que verano tras verano van aflorando…
La recuperación de este singular entorno no puede ser de otro modo que mediante actuaciones diversas y singulares. Un Centro de Interpretación, una cubierta para la excavación arqueológica, un alojamiento rural y un par de miradores se irán depositando en el lugar conformando un estrato más de los que, desde hace milenios, han ido configurando este paisaje.